SAN ANTONIO: UN PROYECTO DE INTERCAMBIO CULTURAL ENTRE LOS MUNICIPIOS DE MANATI Y AGUADILLA

Trabajo de salvamento en el yacimiento del Poblado San Antonio de Aguadilla, según el informe que sometiera el arqueólogo Carlos M. Ayes Suárez al Consejo para la Protección del Patrimonio Arqueológico Terrestre de Puerto Rico.

El yacimiento de San Antonio corresponde a los restos de un poblado de horticultores, el cual comienza con un asentamiento saladoide y se prolonga hasta el desarrollo de la serie ostionoide, con cerámica correspondiente a los estilos cuevas y ostiones. No se descarta que este poblado indígena se haya prolongado hasta la sub-serie ostionoide chicoide, pero lo limitado del trabajo realizado entre los meses de mayo y junio del año 1993, no permitió al arqueólogo investigar esta posibilidad.

El yacimiento fue descubierto por una joven estudiante de una escuela cercana al lugar y dado a conocer a los medios de comunicación por un maestro de dicho plantel. La noticia provocó gran euforia entre los vecinos del lugar quienes se lanzaron al saqueo. Con el propósito de solucionar el problema, el Alcalde, Sr. Ramón ( Pito ) Calero ya fenecido, se encargó de buscar ayuda en las entidades gubernamentales pertinentes. Pero por lo descontrolado del saqueo el Municipio de Manatí respondió enviando al arqueólogo del municipio en una mision de salvamanto.

El equipo de trabajo estuvo compuesto de personal del Programa de Investigaciones Arqueológicas del municipio de Manatí, personal provisto por la oficina del Alcalde de Aguadilla y trabajadores voluntarios, en su mayoría residentes del poblado de San Antonio de Aguadilla.

Se cubrió el area a excavarse con una carpa provista por la Guardia nacional de Puerto Rico, ya que la frecuencia de las lluvias dificultaban el trabajo. Se cuadriculó el área donde se efectuó el descubrimiento en unidades de 2 metros de norte a sur por 1.50 metros de este a oeste. La trinchera que se delimitó alcanzó ocho metros de larga por tres metros de ancha.

La excavación se condujo por niveles artificiales de 0.25 mt., ya que consistía básicamente de la remoción de la tierra que cubría los enterramientos. Aún así se cirnió y se recuperó la totalidad del material arqueológico y de los restos faunísticos obtenidos, no empece a que lo mismo sólo tendría utilidad tipológica y para la identificación de especies de animales que bien pudieron ser parte de la dieta de los antiguos habitantes de San Antonio.

Se excavó las Unidades 1-A, 1-B, 4-A y 4-B, mientras que la Unidades 2-A, 2-B, 3-A y 3-B se dejaron de testigo. Durante la excavación del Nivel 0.00-0.25 mt. de las Unidades 1-A y 1-B se descubrió el primer enterramiento, el cual se extiende en ambas unidades. El enterramiento corresponde a un adulto, pero no fue porsible establecer el sexo debido a las malas condiciones en que se encontró. Debido a la poca profundidad a que fue enterrado, fue mutilado por el arado y sus huesos parcialmente dispersos. Aún así se pudo identificar el mismo como un enterramiento primario de decúbito dorsal flexionado con un eje cráneo-pie de 274º.

El enterramiento número 2 fue descubierto mientras se excavaba el Nivel 0.25-0.50 mt. de la unidad 4-B. No empece a que se encontraba a mayor profundidad que el enterramiento número 1, también fue mutilado por el arado. Corresponde a un enterramiento primario de decúbito dorsal flexionado con un eje cráneo-pie de 192º. tampoco se pudo identificar el sexo de este individuo debido a la temprana edad del occiso. Asociado a este enterramiento descubrimos una ofrenda mortuoria consistente de un grupo de dientes con una cuenta de collar de hueso quemado, cerca del cráneo. No se encontró ningún otro tipo de ofrenda.


  Los planes originales eran levantar en bloque los cuerpos, pero el pobre estado de conservación hizo al arqueólogo descartar dicha posibilidad y se levantaron hueso por hueso.

En la Unidad 2-BB, en el Nivel 0.00-0.25 mt. se descubrió un guamo o fotuto ( trompeta de caracol ) de " Charonia variegata ".

Se hizo un dibujo técnico a escala de cada enterramiento y de la estratigrafía de los tres cortes. El material arqueológico se le entregó al Gobierno Municipal de Aguadilla el cual se proponía ampliar las investigaciones arqueológicas en este yacimiento y crear un museo de arqueología en este pueblo. Pero con la súbita muerte del Alcalde Ramón ( Pito ) Calero estos planes se han desvanecido al parecer.

El Municipio de Aguadilla confió luego el material a un servidor, Milton Torres, quien transportó todo el material recolectado al Municipio de Manatí donde permanece bajo la custodia del Arqueólogo Carlos Ayes. Una de las metas de la Sociedad de Aymaco es obtener la custodia de dicho material arqueológico para traerlo de regreso a Aguadilla y colocarlo en el Museo que planificamos establecer.

Reseña Histórica del area cercana al yacimiento:

Los habitantes prehispánicos del area del yacimiento de San Antonio de Aguadilla, P.R. aprovecharon el sistema fluvial de la quebrada de los cedros como fuente de agua potable. Esta quebrada hoy sirve como frontera entre los pueblos de Isabela y Aguadilla. El enorme cañón producido por la eroción de esta quebrada que desemboca en el area de bajura, evidencia una actividad hidrológica abundante en el pasado.

Fray Iñigo Abbad y Lasierra en su descripción Geográfica , Civil y Natural de la Isla, de 1788, hace notoria y singular mención de esta quebrada de los Cedros. El yacimiento comenzó a ser impactado posiblemente desde el siglo XVI con la siembra de trigo y caña. La siembra de caña se extendió hasta mediados del siglo XX en toda la región cercana al yacimiento, incluyendo el area del poblado indígena objeto de este estudio. Por estar localizado cerca de " la punta del bojio de azucar " o " punta delgada ", según Juan López de Velazco llama al sector Punta Borinquen en 1571. " El Cabo Borinquen ( Abbad y Lasierra ) ", donde se asienta hoy la Base Ramey, desde tiempos de la conquista se relaciona con la industria del azucar y la ganadería. Los hacendados del lugar usaban bombas de viento ( molinos ) para extraer agua de la altiplanicie que circunda el cañón y la quebrada. Es común ver cienagas por toda esta región en la época de lluvia.

La extención de la via del tren batatero probablemente impactó nuevamente el lugar, ya que la via pasaba a menos de cien metros del yacimiento. Abajo mostramos los restos de uno de los extremos del puente del tren que atravesaba el acantilado de la quebrada de los Cedros.

A principios del siglo XX se instaló una represa en la quebrada de los Cedros como parte del antiguo sistema hidroeléctrico de la isla. Como se puede apreciar en la foto que mostramos a continuación, esta represa se construyó para retener un enorme caudal de agua que en la actualidad la quebrada no posee. Por el momento desconocemos si la represa estuvo en servicio y por cuanto tiempo.

Durante nuestra visita a la quebrada pudimos observar esta especie de caracol ( abajo ), encontrado también en los enterramientos como posible provisión de alimento para el viaje de los difuntos a la otra vida.

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